Atanasio era un hombre entrado en años, inteligente, culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida. Solía ir a la cabaña de su playa, donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para sus libros de filosofía...Tenía la costumbre de caminar antes de comenzar su trabajo.
Un amanecer, mientras paseaba junto al mar, observó a lo lejos una figura humana que se movía como un bailarín. Se sonrió al pensar en alguien bailando para saludar el día. Apresuró el paso, se acercó y vio que se trataba de un joven.
Comprobó que no bailaba, sino que se agachaba para recoger algo y, suavemente, lanzarlo al mar.
A medida que se iba acercando, saludó:
- ¡Buen día, Joven! ¿Qué está haciendo?
El joven hizo una pausa, se dio vuelta y respondió: - Arrojo estrellas de mar al océano.
- ¿Por qué arrojas estrellas de mar al océano?- dijo el sabio.
El joven respondió: - Hay sol y la marea está bajando; si no las arrojo al mar, morirán.
Pero joven-replicó el sabio- ¿No se da cuenta de que hay cientos de kilómetros de playa y miles de estrellas de mar? ¡Nunca tendrá tiempo de salvarlas a todas! ¿Realmente piensa que con su esfuerzo tiene sentido?
El joven los escuchó respetuosamente, luego se agachó, recogió otra estrella de mar, la lanzó con fuerza por encima de las olas y exclamó:
Para aquella... ¡Sí, tuvo sentido!
La respuesta desconcertó a Atanasio, quien no podía explicarse una conducta así. Se sintió molesto, no supo que contestar y regresó a su cabaña a escribir. Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y por la noche no durmió bien; soñaba con aquel joven y las estrellas de mar por encima de las olas... Intentó ignorarlo, pero no puedo.
La mañana siguiente, cuando el sol nuevamente lamía el mar y una bruma suave envolvía el ambiente, descubrió la silueta de dos hombres, uno joven y otro viejo, que se veían juntas, a lo lejos como si bailaran en la arena...
Muchas veces pareciera que nuestra tarea y nuestro empeño carecen de sentido. Nos sentimos con ganas de abandonar nuestros proyectos y nuestros sueños. Sin embargo, el sólo hecho de pensar que nuestro esfuerzo tiene sentido para alguien concreto, aunque sea sólo uno, hace que nuestro esfuerzo esté pleno de significación y nos vuelve más humanos.
¿Cuántas estrellas han recogido y han lanzado al mar?
¿Creen que su esfuerzo como profesionales, tiene sentido al menos para alguien?
Compañeros, espero que sigamos creyendo y soñando. Creyendo que lo que hacemos "salva la vida de algunas estrellas", que nuestro aporte sí es significativo para alguien. Aunque sigan existiendo quienes piensen lo contrario.
Un abrazo.